jueves, julio 14, 2005

Sin Entrañas*

Vicente era un hombre de esos que no perdonan. Tenía la piel ennegrecida y manchada por el Sol del campo; unos labios delgados, fríos, inexpresivos, como si una línea muy fina hubiera reemplazado una posible sonrisa. Vicente no era muy gordo, pero eso sí, tenía una prominente barriga, atestada de gusanos y lombrices que su mal carácter había acumulado a través de muchos años, convirtiendo su estómago en un interesante hábitat para extrañas, desagradables y muy largas criaturas. Vicente había hecho un buen dinero como producto del contrabando: traía mercancías desde Maicao y las vendía a muy buenos precios. Además era rico por herencia.

La niñez de Vicente fue como la de la mayoría de sus contemporáneos: llena de experiencias horrorosas. Era hijo de don Efrén, un trabajador incansable, mal marido, machista y cruel con todo aquel que tenía la desgracia de tratarlo. Cuando Vicente tenía 4 años empezó a acompañar a su padre a los rituales de castración de toros. Según Efrén era necesario enfriarle la sangre al niño para que fuera un varón de verdad. Cuando Vicente tenía 11 años, perdió a su madre. La doña amaneció muerta. No se hizo diagnóstico y hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta qué pudo haber pasado, se ha supuesto que fue un infarto repentino, sin embargo una violenta pelea que el niño Vicente escuchó esa misma noche entre su padre y su madre siempre despertaron las sospechas de su mente. Vicente no lloró a su madre, y esto no significó que no la quisiera, la quiso muchísimo. Pero también le temió.

Doña Felipa, la madre de Vicente, era una mujer fuerte, robusta, morena, y con una larga cabellera que a menudo se arreglaba en una trenza imponente que caía sobre su espalda, ancha y poderosa. Felipa era una mujer tan cruel como Efrén. Un día cuando sorprendió a uno de los criados intentando manosear a Gladis, la hermana menor de Vicente, lo sacó de un brazo, pidió ayuda con un poderoso grito a su marido Efrén y entre los dos lo amarraron a una silla en la mitad del patio. Ella misma, doña Felipa, le bajó los pantalones y sacando sus genitales por entre sus pantaloncillos se los cercenó de un tajo con un cuchillo de dientes de pescado que guardaba en su delantal. El, en esa época, pequeño Vicente lo vio todo. El espectáculo fue tan horroroso que Vicente sintió un frío intenso, y un terror absoluto hacia su madre. El criado gritaba como bestia, Efrén trajo la escopeta y de un tiro en el pecho calmó el dolor de aquel infeliz mandándolo a volar 6 metros con todo y silla. Vicente conserva como huella de aquel día una impotencia sexual, que solo se alivia con litros y litros de licor.

A los 13 años Vicente violó a una criada, era la primera vez que conocía a una mujer, y ese fue su estilo para hacerlo. La víctima fue Yolanda, una mujer de 33 años, delgada, pero con unos enormes pechos que jamás pudo disimular. Yolanda no pudo resistirse ante la fuerza y los golpes que le propinó Vicente para dominarla. No fue mucho lo que hizo sexualmente hablando, el placer que Vicente obtuvo fue verla sufrir al ser violentada, con eso bastaba.

Eso fue hace mucho tiempo. Ahora Vicente, con 42 años fue la víctima. Por un momento nada más. Vicente iba en su camión con Pacho, su hijo mayor (fruto de una borrachera de una semana a punta de ron), cuando de repente un grupo de tres muchachos armados los detuvo en el camino. Los bajaron del carro, los echaron donde va la carga, los amarraron y les pusieron cinta en la boca para que no hablaran. A Vicente lo calmaron con varios cachazos en la cabeza, tan fuertes que se la abrieron. Pacho sintió algo de asco al ver la sangre de un color casi negro que resbalaba por la cara de su padre. Los ladrones eran tres imbéciles, de muy poca monta, definitivamente no sabían con quién se habían metido. Y eso, “no saben con quien se metieron” lo repitió hasta el cansancio Vicente cuando ya en su casa se recuperaba del susto, de los golpes y de la ira que lo recorría. Se vengaría como fuera de esos hijos de puta, que le robaron la plata, le pegaron y lo dejaron botado al lado de un caño.

Pues resulta que los hijos de puta esos no eran del pueblo. Eran unos pobres diablos viciosos que no pasaban de 20 años. Eso era aún más humillante para Vicente y Pacho. Pasó un año y medio hasta el día en que Pacho creyó ver a uno de los ladrones, con la ayuda de dos de sus criados lo atraparon, le pegaron y lo montaron en un carro, y con promesas de no quitarle la vida le hicieron confesar donde estaban sus amigos. Claro, no todo fue tan fácil, para esta confesión y para que el ladronzuelo supiera que estaban hablando en serio, Pacho le rayó la cara: trazó con una navaja una línea muy profunda en los dos pómulos del muchacho y otra en su frente. “Estar desfigurado vivo es mejor que desfigurado muerto”, pensó el infeliz antes de confesar el paradero de los otros dos ladrones. El no iba a ser el único en sufrir por eso. Atrapar a los demás fue cuestión de un par de días, saber la ubicación exacta y sacarlos a palos y a golpes fue relativamente fácil para Pacho y sus ayudantes.

Vicente y Pacho invitaron a sus amigotes de borracheras, prostíbulos y malos negocios a un asado. Era sábado y hacía un calor infernal. El asado tuvo lugar en la parte trasera de la finca, adornada por una gran variedad de árboles frutales. Se asó ternera, cabrito y res, se bebieron canastas y canastas de cerveza, aguardiente y ron. A eso de las 12 del día, bajo un Sol inclemente y muy poca brisa, Pacho llegó al asado, venía con los tres ladrones desnudos, amarrados y vueltos mierda por la paliza que él mismo les había dado junto con su hermano menor Javier (fruto de otra borrachera legendaria). Trajo consigo a los dos perros de la casa, a los cuales tenía aguantando hambre desde la tarde anterior por deseo expreso de Vicente.

Los rateros fueron amarrados a tres de los árboles frutales de la parte trasera de la finca de Vicente y su familia. Los pobres eran víctimas de los insultos de todos los presentes en el asado, hombres y mujeres que ya conocían sus fechorías en las carreteras. En cierto momento, a las 3 de la tarde, Vicente se retiró un momento, cuando volvió estaba armado con un cuchillo de dientes de pescado, y sin mediar palabra hizo en cada uno una cortada horizontal en sus estómagos. Al instante sus vientres se abrieron como bocas ansiosas por alimento, dejando caer vísceras, intestinos y líquidos al suelo. Entretanto Pacho arrimaba a los dos perros hambrientos a degustar aquel banquete de tripas y sangre preparado para ellos. Los tres infelices no murieron al instante, sino después de un buen rato, nadie sabe a ciencia cierta cuánto fue, nadie se percató, en esa borrachera eso no importó mucho, solo ver como los perros comían y arracaban pedazos de esos seres humanos. Sólo Vicente miraba el reloj; se sentó el frente de los tres ladrones a verlos morir, y no solo morir: sufrir. Cada rato miraba su reloj, como para hacerles ver que estaba pasando el tiempo, y que a él, al cruel de Vicente, eso no le importaba un carajo, que antes bien estaba de afán, mientras que a ellos seguramente sí. Vicente los contemplo, con una deliciosa frialdad, y una rabia sosegada hacia esos pobres diablos, mientras arrimaba una y otra vez una botella de ron a sus delgados y grisáceos labios. En ningún momento los compadeció, a pesar de que ya no tenían ni voz para gritar. Los pobres simplemente se desgonzaron, dejándose llevar por la muerte, que se demoró un buen rato en completar su labor. Con esa falta de entrañas que lo había caracterizado siempre, Vicente mandaría esa noche a sus criados a picar los cadáveres de los tres ladrones y botarlos al río.

Pacho se fue del asado a acostarse con una prostituta que su padre le había mandado traer desde la capital. Ese fue el otro regalo que Vicente le había prometido a su hijo para ese día: el día en que cumplía 18 años.
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*Inspirado en una historia de la vida real, de esas que uno se entera cuando se viaja a tierra caliente y se escucha, atenta pero disimuladamente, una conversación de cantina.

13 Comments:

Blogger David Motta said...

Realmente nada le puede ganar a una historia inspirada en la realidad campesina colombiana. Es un relato perfectamente narrado que muestra el accionar de los bárbaros colombianos, finalmente no son ellos los mismos que desataron la guerra sobre el pedacito de tierra este?

jueves, julio 14, 2005 2:05:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

COMO UNO DE LOS MEJORES CUENTOS DE SANGRE QUE HAYA LEIDO. IMPRESIONANTE.

jueves, julio 14, 2005 7:57:00 a. m.  
Blogger Alondra de Dupont said...

me creerías que tu relato me hizo llorar...

jueves, julio 14, 2005 10:46:00 a. m.  
Blogger Lucia said...

yo no soy alergica a la sangre y este relato me revolvio todo lo que tenia en mi estomago ....chevere porque refleja muy bien la cruenta realidad que nos envuelve en el día a día ya sea con violencia física y cruenta como esta o solo violencia verbal

jueves, julio 14, 2005 11:12:00 a. m.  
Blogger Dra. Kleine said...

Dioses! lo peor de todo es que puede mezclarse con más verdad que fantasía.
Excelsa tu forma de narrarlo. Me encantó pese a tanta sangre.

Fiuuu.!
Muy cruda!

jueves, julio 14, 2005 12:31:00 p. m.  
Blogger Juan Camilo Aljuri Pimiento said...

Sorprendente relato. Conmovedor, como toda literatura (especialmente la historiográfica) sobre la violencia rural. Devuelvo saludos y sólo pasaba a conocer. Saludos.

jueves, julio 14, 2005 7:06:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

El dolor y la crueldad hacen parte de los más humano, pero en ocasiones necesitamos que no lo digan de una manera ficticia para poder digerirlo.

buena historia y ¡qué buena manera de contarla!

jueves, julio 14, 2005 9:15:00 p. m.  
Blogger AZUL said...

Pues bien dicen que la realidad es la que lleva la presencia de la crueldad..no la muerte..y esas almas dañadas existen..como el bien mismo..a veces sin su consentimiento..les enegrcen el alma..y siguen asi..envenando a su andar..

viernes, julio 15, 2005 10:46:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

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¿sabés qué es lo que más me gusta de vos?

lo apasionado que sos al escribir cada uno de tus textos.
Te dejo un abrazo.
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viernes, julio 15, 2005 3:50:00 p. m.  
Blogger Alvaro Rolando said...

FOUCAULT, LA REALIDAD CAMPESINA ES BASTANTE CRUDA, AL IGUAL QUE LA REALIDAD EN GENERAL DEL PAÍS, EL SALVAJISMO ESTÁ EN LAS ALTAS ESFERAS Y EN LAS CLASES DOMINANTES, SU CRUELDAD ES LA QUE HA LLEVADO A LA SITUACIÓN ACTUAL. TAMBIÉN LA FALTA DE EDUCACIÓN Y PREJUICIOS LLENAN ESTA TIERRA DE SALVAJES. UN SALUDO.
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GRACIAS JAIME, LO MÁS IMPRESIONANTE ES QUE UNA PARTE DEL CUENTO, LA MÁS TERRIBLE, LA DE LA DESTRIPADA ES CIERTA. SALUDOS A LA PERLA DEL OTÚN.
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ALONDRA, VAYA, SI EL CUENTO DA PARA CONMOVERSE, COMO LE DECÍA A JAIME LA ESCENA DEL ASADO Y EL CRIMEN DE LOS LADRONES ES VERÍDICA, CUANDO LA OÍ ME CAUSÓ UNA REPULSIÓN IMPRESIONANTE, ESO FUE LO QUE ME LLEVÓ A ESCRIBIRLA Y AÑADIRLE CIERTOS ELEMENTOS DE FICCION, PERO LA HISTORIA ES TREMENDA. UNO NO ENTIENDE COMO HAY GENTE CON UN CORAZÓN TAN FRIO. UN BESO CÁLIDO PARA TÍ.
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LUCÍA, ASÍ ES, ESTAMOS EN UN MOMENTO MUY VIOLENTO DE NUESTRA HISTORIA, Y LO QUE MÁS ME DUELE DE TODO, LA IMPUNIDAD CON LA QUE TODO SE MANEJA. UN BESO PARA TÍ.
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G.KLEINE, GRACIAS POR TU COMMENT, SI, ES TERRIBLE LA VIOLENCIA, PERO VALE LA PENA CONTARLA, A VECES ESAS HISTORIAS NO ESTÁN TAN A LA MANO, Y ES NECESARIO REFLEXIONAR EN ELLAS. UN BESO!
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LAURA, GRACIAS, ME ALEGRO QUE TE HAYA LLEGADO MI ESCRITO, ESO ME MOTIVA A SEGUIR CON ESTO. MIRA CREO QUE MUCHO ESTÁ EN LA EDUCACIÓN, Y EN QUE MUCHOS LUJOS QUE LA GENTE DE CIUDAD TENEMOS PUEDAN LLEGAR Y ALCANZAR A MUCHOS REMOTOS SECTORES, ESA SERÍA LA IDEA, PERO POR MUCHAS COSAS, ENTRE ELLAS LA CORRUPCIÓN, ESO NO PUEDE PASAR. PERO CADA UNO EN SU VIDA PUEDE HACER MUCHO, Y ESO ES BASTANTE. UN BESO!
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JUAN CAMILO, MUCHAS GRACIAS POR SU VISITA, UN GRAN SALUDO.
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GRACIAS JOSE POR SU COMENTARIO, VINIENDO DE UN GRAN AMIGO COMO USTED ME HALAGA MUCHO, UN ABRAZO!!
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ALICIA/AZUL, GRACIAS POR TU VISITA ERES BIENVENIDA EN MI BLOG, EL LEGADO DE SERES COMO VICENTE ES SINIESTRO, Y SE PERPETUA EN GENERACIONES DE HIJOS, Y EN GENERACIONES DE INJUSTICIAS QUE CLAMAN POR REDENCIÓN. UN GRAN ABRAZO.
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MISS VEZO, ME QUEDO CON TU ABRAZO, ME CAE MUY BIEN, Y TE MANDO OTRO ENORME, MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAS.
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MAFALDA, ASÍ ES ESA ES NUESTRA REALIDAD, MÁS ALLÁ DE LAS CARAS BONITAS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SE ESCONDEN TERRIBLES REALIDADES DE LAS QUE HAY QUE SER CONSCIENTES Y PENSAR EN ELLAS, CREO QUE CADA UNO DESDE LO QUE HACE PUEDE CONTRIBUIR A DISMINUIR LAS MUCHAS INJUSTICIAS QUE RONDAN NUESTRA REALIDAD NACIONAL Y MUNDIAL. UN GRAN SALUDO!

domingo, julio 17, 2005 12:50:00 p. m.  
Blogger Alvaro Rolando said...

J. LOPEZ, AL IGUAL QUE LAURA DEBO DECIR QUE LA ÚLTIMA FRASE ME HA IMPACTADO MUCHO. SOLO EL AMOR ES REAL, MUCHAS COSAS PODRÍA DECIR, PERO SOLO DIRÉ QUE ME TRANSMITE MUCHA ESPERANZA, A PESAR DE QUE COMO DICES ESTA REALIDAD ESTÁ LLENA DE UNA MALDAD ASFIXIANTE, DONDE PARECIERA QUE EL DOLOR Y LA MUERTE RONDAN POR DOQUIER. ESTO NO DEBE IMPEDIR EL DEJAR DE CREER EN EL AMOR Y EN LA FUERZA DE LA VIDA. GRACIAS POR ESE COMMENT, ES UNA VERDADERA CONCLUSIÓN DE ESPERANZA A MI HISTORIA.
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LAURA, UN BESO PARA TI TAMBIÉN, GRACIAS POR VOLVER.

miércoles, julio 20, 2005 9:19:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

comentaba el relato con un amigo. No me esperaba su respuesta, que le hagio llegar:
Como diría De Quincey, un poco de estética para el asesinato --y la narración del mismo. La narrativa del texto es pobre, muy orientada hacia el "dramático" final, con pistas pseudopsicoanalíticas de por qué se comporta ese criminal de esa forma. Habría querrido un poco más de sutileza, por consideración mínima con el lector(a). La nota final de que está basado en una historia verídica como para camuflar el morbo de narrarla o que no se crea que es tan turbia la imaginación del autor, es chocante también: escriba un reportaje mejor entonces (que sería la forma ideal para este y los otros casos), pero no trate de hacer un relato pseudonarrativo salpicado de "destellos lúcidos".

Tampoco creo que esta historia me recuerde de dónde venimos, porque creo (cruzo los dedos) que nuestro país es mucho más complejo que eso: esas historias son parte del capítulo del terror y horror del que somos capaces, y es sin duda un episodio excepcional, no creo que sea una práctica tan común como la franelada de los cincuenta. Y si lo es, no entiendo que hace ese muchacho tratando de contar una chocoaventura en lugar de estar activo en una campaña de denuncia a nivel internacional: ¿es esta la gente que se va a beneficiar de la ley de justicia y paz? ¿qué mierda de gente estamos produciendo entonces? ¿qué hacen los editorialistas como Felipe Zuleta hablando de la cocción de la carne en los restaurantes de Bogotá supuestamente porque no hay temas "fundamentales" para charlar en el país cuando "Amores perros" se nos quedó en los tobillos? En fin, me parece ahora hasta oportuno el chat de Semana del próximo miércoles: no se trata de negar una realidad, pero sí de ser responsables sobre cómo se cuenta, al menos creo que ese es un mínimo de responsabilidad que se le puede exigir a alguien que quiera opinar o contar una historia en serio (el término intelectual o escritor me parece excesivo en este caso). Creo que es obvio que me irrita esa última frase de "está basado en un hecho de la realidad que escuché en una cantina por ahí paseando en tierra caliente en Colombia". Tan aventurero y perspicaz... Lo peor es que como van las cosas, no faltará el que quiera hacer la película y agregar la línea salvífica de "basado en un hecho real".

lunes, julio 25, 2005 7:24:00 a. m.  
Blogger Alvaro Rolando said...

O-LU, PUEDE SONAR PARA TÍ DIFICIL DE CREER PERO ES UNA HISTORIA QUE EN REALIDAD ESCUCHÉ EN UNA CANTINA, EN UN BAR O COMO QUIERA LLAMARSE HACE YA UN BUEN TIEMPO Y QUE DEJÓ UNA TREMENDA IMPRESIÓN EN MÍ. EL DESENLACE ESTÁ BASADO EN UNA HISTORIA QUE EN REALIDAD ESCUCHÉ, NO PRETENDE OCULTAR EL MORBO NI NADA POR EL ESTILO, EN VERDAD ES ASÍ. A PARTIR DEL DECENLACE INTENTÉ CONSTRUIR UNA HISTORIA SOBRE EL POSIBLE ORIGEN DE UNA CONDUCTA ASÍ. EL HECHO DE HACER REFERENCIA A LA REALIDAD PRETENDE ESO: SER CHOCANTE, SACAR DE LA IMAGINACIÓN EL HECHO RELATADO PARA MOSTRAR QUE ES INSPIRADO EN ALGO REAL, QUE TIENE UN RESPALDO REAL, QUE A ALGUIEN LE PUDO HABER SUCEDIDO. EL CUENTO EN SÍ, PRETENDE ESO, SER CHOCANTE, Y TU REFLEXIÓN ME PARECE VALIOSA, NO ES ESA LA ÚNICA REALIDAD QUE PODEMOS VER EN NUESTRO PAÍS, ES UN EPISODIO, PERO TAMBIÉN CREO QUE NO ES ALGO TAN EPISÓDICO, Y QUE EXISTE UNA REALIDAD VIOLENTA EN NUESTRO PAÍS. CREO QUE SI LEO EN GENERAL LOS COMENTARIOS A ESTE TEXTO, LO QUE MÁS LE IMPRESIONA AL LECTOR ES EL CONTRASTE DE LA HISTORIA CON EL COMENTARIO: INSPIRADO EN UN HECHO REAL. ES UN EFECTO QUE SE VE EN EL CINE, CUANDO SABES QUE LA HISTORIA ES REAL, ESO PRODUCE UN MAYOR IMPACTO PERSONAL, JUSTO ESO ERA LO QUE BUSCABA, MÁS QUE OCULTAR MI MORBO, QUE LO TENGO Y NO ME AVERGUENZO DE ÉL, PERO EN ESTE CASO NO FUE ESE EL MOTIVO.

SOBRE LAS COSAS DE ESTILO QUE COMENTAS DEL TEXTO, ACEPTO TU COMENTARIO COMO UNA CRÍTICA CONSTRUCTIVA, TENIENDO EN CUENTA QUE NO A TODOS LES PUEDE GUSTAR LA MANERA EN QUE ESCRIBO, O CÓMO LO ESCRIBO, DESPUÉS DE TODO NO HE ESTUDIADO LITERATURA, NI NADA POR EL ESTILO. SOLO ESCRIBO COMO SIENTO Y LO QUE SIENTO, TRATANDO DE NO DEJARME LLEVAR POR LA CENSURA INTERNA QUE HAGO A MI PROPIO ESTILO. ESA ES LA GRACIA DE UN MEDIO COMO ESTE: PERMITE ESCRIBIR, SENTIR Y PLASMAR LO QUE SE SIENTE DE ALGUNA MANERA. NO ASPIRO A UN PREMIO CON ESTO NI NADA POR EL ESTILO, SOLO ASPIRO A SER LEIDO, TAL Y COMO TU LO HAS HECHO, COSA QUE AGRADEZCO, ASÍ COMO TU COMENTARIO.

lunes, julio 25, 2005 8:46:00 a. m.  

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