jueves, septiembre 22, 2005

El Triste Héroe



Obleim era un gran héroe. Sus historias eran narradas en toda una nación, en su honor se habían compuesto muchos relatos, se habían construido enormes monumentos que relataban sus grandes batallas. A los 14 años ya era un gran combatiente: fuerte, con un valor probado en las peores batallas, jamás se entregaba, así su cuerpo estuviera muy herido o muy cansado.

Obleim era un excelente jinete, en compañía de su caballo Amadeo recorrió valles, montañas defendiendo su territorio, y alguna que otra vez invadiendo otras tierras que el Emperador deseaba. Obleim vivía para la guerra, se alimentaba diariamente para ser el mejor combatiente, el más espiritual, el más preciso, el más letal. Los ejércitos a las órdenes de Obleim eran los más consagrados, sus soldados tenían una mezcla de admiración y de devoción por su general, y Obleim les correspondía identificándolos a todos por sus nombres e interesándose por los cientos de heridos que resultaban de aquellas sangrientas batallas.

El mayor triunfo de Obleim fue la conquista del país de los Mertos, un territorio amplio, fértil, lleno de hermosas tierras y rodeado de tres enormes montañas, que le daban una apariencia imponente. En esa batalla Obleim perdió a la cinco mil de sus hombres, pero a cambio abatió las tres cuartas partes del ejército Merto, y puso las condiciones para que el Emperador negociara la rendición de Patro, el rey Merto, a cambio de clemencia.

Pero más que la fuerza de cien ejércitos de todo el continente, más letal que todas las espadas, y más salvaje que el más fiero combate fue la batalla que libro Obleim en su corazón. Conoció el amor, y este fue su peor enemigo, logró doblegarlo al nivel en que ninguno de sus enemigos pudo, lo rodeó por todos los flancos, logró herirlo, y finalmente logró acabarlo. Obleim había nacido para la guerra, no para el amor, entendió el amor como una cruel batalla, y todas las mujeres que lo amaron representaron un combate pasional, intenso, sangriento. Hubo una mujer, Bastiana, una hermosa princesa Merta, la más certera de todas las combatientes, que nunca estuvo de acuerdo con la invasión a su pueblo, que nunca estuvo de acuerdo cuando todo su ser se enamoró de Obleim, cuando accedió a ser suya, cuando se entregó completamente a él, cuando lo amó a pesar de ser un extranjero, un invasor.

El tiempo pasó y los Mertos se organizaron, recibieron refuerzos desde el País de los Dolos, y armó un poderoso ejército, dieron la batalla por su propio territorio en el año 205. El ejercito de Obleim se vio rodeado por los cuatro puntos, su caballería fue abatida, su infantería no resistió el ataque de los carros de batalla preparados por la alianza merto-doloita, el terreno húmedo e inestable, rodeado por montañas y por rios, donde se presentó el combate impidió toda huida del ejercito de Obleim. Bastiana, quien comandaba la caballería Merta, fue la escogida por los dioses para enfrentar a Obleim. Se acercó a él y combatieron, con la misma intensidad con que alguna vez hicieron el amor, con la misma pasión y fortaleza. Los ojos de Obleim y Bastiana brillaban, de amor, de odio, uno por el otro, pero fue Bastiana la que desarmó a Obleim, lo hirió en su costado y mató a su caballo. Obleim cayó a tierra, abatido, confundido. En un último acto de dignidad se levantó, y vio como la mejor de todas sus amantes, el amor de su vida, y quizá el amor que nunca olvidaría cuando pasara a la recámara de los muertos, lo rodeaba con su caballo. Bastiana guardó su espada, y tomó su arco, le hirió con sucesivos flechazos, lentamente, mientras todo el ejército Merto-doloita apreciaba el fin de un héroe, del más grande de todos. Obleim murió con una mirada de amor, Bastiana lo abatió en medio de lágrimas que se tragaba, mordiendo sus labios, que aún deseaban el amor y el cuerpo de aquel moribundo.

Cuando Obleim murió, Bastiana bajó de su caballo y ante el asombro del ejército, dió un grito desgarrador y se atravezó con su propia espada. Se dejó caer encima de Obleim. Mientras agonizaba abrazaba con sus brazos y con sus piernas, el cadáver de su verdugo, de su amante, de Obleim, del hombre sin el cual ya no concebía la vida, del hombre que le hacía más soportable la irremediable muerte. Mientras moría, Bastiana pensó en que hay personas que están destinadas a combatirse, a amarse entre las armas, a vivir entre amores y odios muy profundos, a amar haciendo la guerra. Los grandes amores se viven entre crueles batallas, entre tremendas contradicciones y ambivalencias. El amor de Obleim y Bastiana fue hermoso, fue cruel, como todos los amores que vale la pena vivir.

21 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡Hermoso relato! Algo me fascina en los amores destructivos, el amor, la muerte... tan cercas (en francés, "l'amour la mort" tienen un sonido muy parecidos).
Napoleón dijó: "En amor, una sola victoria: la huida."
Alvaro, siempre tus letras me emocionan ... no sé, tienes un éstilo que toca mi corazón y muchas veces no puedo hacer un comentario... es como cierta música que eleva tu alma y te vuelva muda. ¡Que sepas que te leo siempre con un inmense placer!
Un abrazo
Un fuerte abrazo

jueves, septiembre 22, 2005 2:26:00 p. m.  
Blogger Dra. Kleine said...

DIossssssssssses!! Dioses!!!1 me senti ella jojo cuando luchas ante amores difíciles que sabes que jamás serán tuyos, por un recuerdo, por un anillo, por un amor que nunca tuvieron, o por alguien que si amaron antes y que sin embargo luchas hasta el final por tenerlo...aun en la muerte. Dioses----me llegó.

jueves, septiembre 22, 2005 4:02:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me gusta su estilo, seguiré leyéndole cuando pueda, le invito a hacer lo mismo en mi bitácora literaria.

Un abrazo.

jueves, septiembre 22, 2005 5:52:00 p. m.  
Blogger David Motta said...

Pretty cool.

jueves, septiembre 22, 2005 7:28:00 p. m.  
Blogger Juliette said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

viernes, septiembre 23, 2005 6:52:00 a. m.  
Blogger Juliette said...

Estando de regreso por estas tierras encuentro esta historia que me hace pensar que las 935 horas que viví amando a alguien, fueron el tiempo de un amor que por la crueldad de los últimos momentos valió la pena vivir. Curioso pensamiento me genera esta historia: uno positivo en medio de mi profundo dolor.

Un saludo hombre de hermosas letras que devuelven algo de sentido a mi sinsentido el día de hoy.

viernes, septiembre 23, 2005 6:53:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Morir en el combate del amor. Supongo que esa es de las mejores muertes.

Queda el aquí el abrazo mafioso.

viernes, septiembre 23, 2005 2:51:00 p. m.  
Blogger Peter Gallego said...

Me imagino este cuento como un guión para una película.

Muy bueno y lástima por nuestro héroe.

viernes, septiembre 23, 2005 4:25:00 p. m.  
Blogger Angélica said...

Me has dejado desarmada...

sábado, septiembre 24, 2005 1:08:00 p. m.  
Blogger Angélica said...

Me has dejado desarmada...

sábado, septiembre 24, 2005 1:08:00 p. m.  
Blogger Beba Newmann said...

Amor y crueldad, extraña mezcla pero factible... Saludos. Interesante relato. Bye.

sábado, septiembre 24, 2005 10:24:00 p. m.  
Blogger Lolita said...

Hola! De nuevo visitando, después de una prolongada ausencia. Encuentro mucho que leer y la grata sorpresa de haber sido agregada a la lista de vidas que lee usted cuando no escribe.

Como siempre, me voy conmovida y contenta de las palabras que encuentro.

Gracias por sus comentarios, ahora que estoy de vuelta, visite mi blog, sus comentarios son siempre bien recibidos.

Saludos y gracias mil.
(sísina)

domingo, septiembre 25, 2005 12:24:00 a. m.  
Blogger Paulafat said...

Hola!Me gustó mucho ésta historia. La verdad, y sin ánimos de ofender a nadie, me sorprendió que hubiera sido escrita por un hombre, ya que ustedes por lo general son más cobardes para el amor que uno. Y lo digo por esa idea del final, de los amores que valen la pena. Muy bonito, de verdad, ojalá todo hombre se leyera eso antes de pensar en romperle el corazón a una mujer con la excusa de que hay muchas dificultades (que se me note la experinecia por favor...). Seguiré viniendo.

lunes, septiembre 26, 2005 10:20:00 a. m.  
Blogger Alondra de Dupont said...

conozco de esos amores que se debaten diariamente entre el amor y el odio, lo mejor es abandonar por el bien de ambos corazones

lunes, septiembre 26, 2005 11:15:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

por que suprime los comentarios?, me imagino que este tambien lo suprimira... no se polarice, acepte la diversidad de opinion!

lunes, septiembre 26, 2005 12:18:00 p. m.  
Blogger Alvaro Rolando said...

Anónimo no he suprimido ningún comentario, está seguro que lo puso acá? Está seguro que fue publicado? Está seguro de seguir siendo un anónimo?

lunes, septiembre 26, 2005 4:18:00 p. m.  
Blogger Omni said...

What an amazing picture-I wish I could read your post!!

martes, septiembre 27, 2005 8:44:00 a. m.  
Blogger Csar A. said...

Este me pareció un "amor por los que merece MORIR". Un amor shakesperiano, trágico, incompresible para quienes aletargados caen en él. Un amor que se vive intensamente, hasta morir.
Abrazos.

martes, septiembre 27, 2005 10:37:00 a. m.  
Blogger Perikoz said...

bueno, la vredad es q me he quedado sin palabras.aunque apenas estoy empezando en esto del mundo de los post y blogs. este ha sido el mejor post q he visto, la verdad es q esta genial. en especial este y es por eso q decidi dar mi comentario para este post asi q solo me queda decir q si alguien pasa por mi blog porfavor me de unos cuantos consejos porfavor y esz q soy nuevo por estos rumbos, bueno nos vemos y se la esten pasando cool

miércoles, septiembre 28, 2005 6:11:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Excelente historia, pero pienso que ellos no se querían lo suficiente.

No era un amor verdadero, no. De haberlo sido, uno se habría unido al bando del otro.

No sé si habrás leído algo sobre Sofonisba (o Sophonisba), que era la hija de un general cartaginés, que se enamoró de un jefe númida, aliado de los romanos.

Esa es la referencia más cercana de un amor imposible que ocurriera en la realidad.

Has elegido una buena música para ilustrar tu relato.

Saludos ;)

jueves, septiembre 29, 2005 3:23:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Neni
lo peor de todo debe ser matar a la persona que amas pero eso es un gran valor y matarse por no poder vivir con eso...

domingo, noviembre 20, 2005 9:32:00 a. m.  

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